sábado, 8 de octubre de 2011

El día aún no acaba

(Segundo borrador)
Camino a mi casa me percataba que cada vez había más automóviles y personas portando dicha insignia. A cada paso me daba cuenta que se discriminaba a las personas que no portaran aquel elemento.
Pensé ¿cómo es que en pleno siglo XXI se esté viviendo esta situación? Que se permita este tipo de discriminación en personas de diferente religión, sin embargo, seguía ignorando la noticia precisa que provocaba dicha situación.
Llegué a mi casa un poco tarde, pues con la situación preferí no abordar ningún tipo de transporte público por el trato al cual me podría atener con la discriminación presente hacia los no judíos.
Entrando a mi casa noté  en el rostro de mi abuela diversas emociones: un poco desconcertada por la noticia que se conocía y, alegre a la vez porque me encontraba bien.
Me comentó que la situación se encontraba más trágica de lo que me imaginaba.  Se comenzaría a aplicar una nueva ley impuesta por el gobierno, la cual constaba en que, la mayoría de los servicios que se brindaban a la sociedad en general, solo podrían ser ocupados por personas de ascendencia judía.
Así de pronto, de un día para otro, no podríamos utilizar el metro, cualquier servicio de transporte público, oficinas de gobierno, parques, etc. Todos esos servicios estarían reservados únicamente para esta clase, la cual se consideraría a partir desde este día, la única “raza real”.
Para las personas que sufrían del mismo mal que yo, (el tener por religión otra, mas no la judía) se les brindaría servicios solo los ofrecidos por personas como ellos, y los lugares serían específicamente elegidos para que no se mezclaran entre la “raza real”.
Se planteaba tener una ciudad dividida entre “puros” y “comunes”.  Y se planteaba a corto plazo, pues la idea general de la nueva ley, proponía que el sur del país se poblara de personas que no contaran con la pureza y el norte de las personas judías.
Toda esta noticia me estremeció a tal grado que permanecí atónita unos instantes. Mi mente divagaba creando analogías o conjeturas de la noticia con la vida real, sin pensar que esa era mi realidad al día de hoy.
¿Cómo podría ser que después de tantos años de distancia, y posteriores a los daños causados por los alemanes, los judíos puedan recrear esa conducta discriminatoria?
Mientras reaccionaba ante tal noticia, mi abuela comenzaba a juntar los papeles importantes que se podrían llevar. Al parecer empacaba las cosas esenciales por si se presentaba la oportunidad de huir de tal horror.

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